La capacidad que desarrolla un docente para establecer una comunicación afectiva dentro del aula, es fundamental para crear escenarios que favorezcan el aprendizaje de sus alumnos. En todo momento debe destacarse por ser motivante. Los medios de comunicación actuales son los que principalmente ilustran a nuestros jóvenes y niños, en ellos encuentran toda clase de información científica, pseudocientífica y de otra índole. Le corresponde ahora a la escuela reorientar el uso de estos medios con sentido crítico para provecho de su educación. Cada docente debe emplear códigos y signos que resulten comprensibles para sus estudiantes, adaptarse a su nivel (Zona de Desarrollo Próximo); para incidir de manera eficaz en la construcción y asimilación de nuevos saberes.
Cada persona tiene un sistema de representación favorito. El profesor debe realizar alternancias o combinaciones, para evitar la confusión o el aburrimiento; estos materiales podrían ser: visuales, auditivos y kinestésicos de tal forma que los medios sean variados para que la comunicación mantenga el rango de atrayente y que sea accesible a cada uno de sus alumnos.
Cualquiera puede creer que es fácil dar clase, ser docente no sólo compete tener los conocimientos sino una serie de atributos que; analógicamente, lo convierte en un actor complejo, hay que cuidar cada aspecto, para que la interpretación sea un éxito. Cualquier medio con fin pedagógico que escoja el docente tendrá que ser congruente con sus saberes y con su objeto de estudio. No hay ser humano posible sin mediaciones; reconozcamos entonces como un espacio amplio de reflexión y de trabajo la mediación educativa. En los últimos años se ha dado mucha importancia a la relación: Educación--Comunicación. Educación, hoy, es construcción de significados que tienen como base la comunicación. Según Fritjos capra en las próximas décadas la supervivencia humana dependería de nuestra capacidad para entender los principios básicos de la ecología y vivir de acuerdo con ellos. Capra es el creador de una pedagogía especial, denominada “Educación para los modelos sustentables de vida,” que ofrece un enfoque vivencial, participativo y multidisciplinario para enseñar el ecoalfabetismo para una comprensión verdadera de la ecología y la sustentabilidad